habitos sencillos para una cocina ahorradoraCon estos sencillos trucos, tú también puedes contribuir a cuidar el medio ambiente y tu factura te lo agradecerá.

La mayor parte de la energía que consumen los hogares se destina a calentar el agua corriente, calefaccionar la casa, iluminarla... y, por supuesto, la cocina, el corazón de todo hogar. ¿Hay gestos cotidianos que puedas cambiar para reducir la huella de carbono de tu hogar y, de paso, la cuenta electrica? La respuesta es sí. Aquí, una lista de hábitos sencillos en para una cocina más eficiente:

La cocina
• Antes de comprar una cocina eléctrica, elige un modelo que sea eficiente energéticamente. La idea es que ahorres no sólo en la compra, sino también en el consumo posterior.
• Bastará con que hagas un uso racional de ella.
• Utiliza el fuego proporcional al tamaño de la olla con que cocinas. Que la llama o el calor se queden por fuera o sean más grandes que ésta será un desperdicio de energía.
• Las cocinas de gas sólo emiten unos 200 gramos de CO2 por cada kWh, y son las ganadoras en cuanto a menores emisiones, puesto que las placas modernas emiten 360 gramos de CO2 por cada kWh, y la vitrocerámica, unos 450. Pero aunque los aparatos de gas emiten menos dióxido de carbono, generan otros gases que también hay que vigilar.
• La vitrocerámica es el sistema con mayor gasto de electricidad.
• A su favor, la vitrocerámica tiene que puedes aprovechar el calor residual: apagas el fuego cinco minutos antes, y sigue generando calor, por lo que no quites tu olla y sigue cocinando con el fuego apagado.

El horno
• Aprovechemos al máximo su capacidad: cocinemos la mayor cantidad de alimentos a la vez. Si no es posible, uno detrás de otro.
• No abramos la puerta del horno más de la cuenta: cada vez que lo hacemos, se va un 20% del calor acumulado en el interior.
• Si vamos a llevar a cabo un horneado largo (de más de una hora), no hará falta precalentar el horno.
• El horno convencional consume un 70% más de energía que un microondas. Si tu receta se puede cocinar con éste, no lo dudes
• Recuerda que, si tienes sitio, un horno solar es una excelente (y ecológica) opción.

Ollas y cacerolas
• La olla a presión es más rápida, y como consecuencia consumirá menos energía.
• Un recurso al que las amas de casa han recurrido históricamente y que resulta muy efectivo es, una vez que ha comenzado la ebullición, tapamos las cacerolas durante la cocción y bajamos el fuego al mínimo. Efectivamente, gasta menos.
• Elige sartenes y ollas de fondo plano, para que se encuentren en contacto con la cocina en toda su superficie (sobre todo si es vitrocerámica) y aprovechen mejor la energía.

Nevera
• La nevera es el electrodoméstico que más consume en nuestro hogar, por lo que conviene estar atentos a la manera de cuidar su consumo: no la tengas cerca de las fuentes de calor (como la cocina) y no olvides que debe quedar un espacio para que circule el aire por la parte trasera (de lo contrario, se calcula que su consumo puede aumentar hasta un 15%).
• Para no perder energía, las puertas de la nevera y el congelador deben quedar bien cerradas, y también abrirse el menor número de veces posible, durante el tiempo justo.
• Si se te forma una capa de hielo, el consumo puede subir un 30%, por lo que procura descongelar antes de que se forme escarcha.
• Para reducir el consumo, si tu nevera tiene temperatura regulable, procura ponerla a unos 5 o 6ºC y -18ºC para el congelador.
• En realidad, lo mejor es adaptar la temperatura de la nevera al clima: en invierno, sube la temperatura, y bájala cuando llegue el calor.
• Recuerda que los alimentos deben descongelarse dentro de la nevera, por un lado por salud y para evitar gérmenes, y por otro, para aprovechar el frío que emiten.
• Por la misma razón (pero inversa), para no hacer gastar de más a tu frigorífico, si tienes un preparado caliente para guardar, espera a que se enfríe antes de introducirlo en la nevera.

Ideas generales
• Desenchufa los electrodomésticos que no estén en uso. Igual que en el resto de la casa, el stand by representa casi el 11% del consumo eléctrico.
• Si los platos no están muy sucios, lávalos con agua fría.
• Y si empleas lavaplatos, recuerda que hay que tratar de que estén llenos y de usar programas económicos.