precauciones al vivir con animales domesticos en el embarazoCuando una mujer se queda embarazada y tiene un animal doméstico en casa, es habitual que se pregunte si puede seguir cuidando igual de la mascota, e incluso si debería alejarse de ella durante el embarazo.

En general, no es necesario separarse de los animales si se toman unas mínimas precauciones

-Las mascotas deben estar sanas y controladas periódicamente por el veterinario.

-Hay que evitar que toquen u olisqueen la comida de la familia.

-Siempre que la embarazada los toque, debe lavarse bien las manos, sobre todo si a continuación va a manipular alimentos o va a comer.

-Ella no debería encargarse de la limpieza de las mascotas ni de sus enseres. Si tuviera que hacerlo, ha de ser muy cuidadosa, utilizar guantes y lavarse bien las manos.

Estas medidas deben seguirlas tanto las mujeres que están embarazadas como las que pudieran estarlo.

¿Los perros transmiten enfermedades?

Los perros pueden transmitir algún tipo de parásito que casi siempre es inofensivo. No obstante, es preferible que las embarazadas no tengan un contacto estrecho, por si acaso. Esto es, no deben dejarse lamer por ellos, ni tocarles la boca o el pelo, ni recoger sus excrementos. Fuera de estas precauciones elementales, no hay ningún inconveniente en que la futura madre conviva con un perro.

Más cuidado con los gatos

Las precauciones deben extremarse cuando la mascota es un gato, ya que estos animales pueden transmitir la toxoplasmosis, una enfermedad infecciosa benigna salvo cuando el contagio se produce durante el embarazo, ya que puede perjudicar el normal desarrollo del futuro bebé.

Muchas mujeres tienen ya anticuerpos y, por lo tanto, están protegidas. Para averiguarlo, el ginecólogo realiza un análisis al comienzo del embarazo y a veces repite estos análisis a los cuatro o cinco meses.

Si no se ha pasado, para saber si el gato puede transmitir la toxoplasmosis conviene llevarle al veterinario para que le haga un análisis. Si no la tiene y no sale de casa ni come carne cruda, el riesgo es mínimo. No obstante, si no se está protegida hay que tener mucho cuidado.

Los agentes patógenos se encuentran en los excrementos. Así que es esencial extremar la higiene y si hay que asear sus cosas (lo ideal es que lo haga otra persona) ponerse guantes al limpiar la caja y el resto de los utensilios del animal.

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